La última campaña de difusión de “el Vino nos une”, lanzada por el Fondo Vitivinícola Mendoza, pretende poner fin a este eterno debate y acuña un concepto: “refrescancia”. ¿Qué quiere decir? “La refrescancia se instala como una nueva vieja forma de consumir el vino: mezclado con soda, hielo, jugos y gaseosas, frutas y más. Como más te guste, sin reglas. El vino nos une”, se explica.
Este es el video promocional:
Históricamente en la Argentina la producción y consumo de vino ha sido una tradición heredada de los inmigrantes europeos, en cuyas mesas no se dudaba en echar soda o agregar agua al vino en caso de que fuera necesario, para hacerlo más refrescante. Pero a partir de la década de los 90, hubo un giro notable con la incorporación de nuevas variedades, la consolidación del malbec, y la búsqueda de vinos de mayor calidad. A la par, surgió una prédica a favor de un consumo ilustrado, entre cuyos mandamientos figuraba que el vino se toma solo, sin agregarle nada de nada.
Peor la necesidad tiene cara de hereje y finalmente una buena porción del mercado sigue siendo la de los vinos populares, genéricos. El peor enemigo del consumo de vinos, además, ha sido el exponencial crecimiento en la demanda de cerveza, que se ganó el lugar como “bebida refrescante”. Es ese el territorio de disputa al que apunta esta nueva campaña de El Vino nos Une.
Si bien la crisis económica y el fuerte reajuste de los precios de estas bebidas tiene mucho que ver con esta caída en el consumo de vino, también hay tendencias de fondo. Por eso muchos bodegueros de la principales zonas vitivinícolas coinciden en que la alternativa para mantenerse en el mercado es ser más creativos, en un contexto donde ha escalado el consumo de otras bebidas de menor graduación alcohólica, más dulces y mucho más frescas.
En este sentido estudios recientes han revelado que entre las personas de 18 a 34 años de edad, el mundo de la bebidas alcohólicas se torna cada vez más diverso, por lo que para conquistar a este grupo etario hay que potenciar otras cualidades de la bebida. Hacia eso apunta el término “refrescancia”.
El camino que transita la nueva vitivinicultura, con enólogos innovadores, insiste en proponer vinos mucho mas modernos entre los que se destacan los espumantes y frizzantes. Además de apuntar a la optimización de los tradicionales vinos tinto, blancos y dulce, con el objetivo de adaptar esta tradicional bebida a las exigencias del mercado.
Así que échele lo que quiera al vino, que nadie le va a decir nada.