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Calidad, cantidad, innovación, mensajes. La discusión del vino

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Calidad, cantidad, innovación, mensajes. La discusión del vino

Calidad, cantidad, innovación, mensajes. La discusión del vino

En un grupo de profesionales se produjo un interesantísimo intercambio de opiniones. Hay quienes sostienen, como Alfredo Cafarelli que «menos cantidad, son miles de familias sin trabajo. Hace años que no se cambia el mensaje. Vamos mal. Por eso, NO es un tema de costos lo que está en discusión. Es ver si esta industria está realmente preparada para innovar y crecer de la mano de otras bebidas a base de uva»
A través del grupo de Whatsapp de Alterrados, el viticultor Alejandro Vigil afirmó que la industria está cada vez menos competitiva y que resulta imposible vender en la base de la pirámide porque no dan los costos por ningún lado. La única opción es que a esas miles de familias que viven de esto hundirlas en la miseria absoluta .

El economista Fernando Galante puso paños fríos y señalo que se puede pasar horas discutiendo competitividad generada por tipo de cambio. Lo claro es que con este gobierno hay que olvidarse de eso.
El titular de Acovi Fabián Ruggeri destacó que los vinos de la base son los que mueven los grandes volúmenes de venta y se consumen masivamente, muy poca gente almuerza y cena con vinos de 30 o 40 U$S. Remacró que el mensaje «menos pero de mejor calidad es muy peligroso», cómo si en los vinos básicos no tuviéramos sobrada calidad.

La discusión devino en oferta y demanda, valores y costos de producción. Los envases y la comunicación estuvieron en el centro de debate. Los protagonistas agregan que la coyuntura del país poco contribuye a hacer nuevas inversiones en tecnología, riego y tela antigranizo. La falta de acceso al crédito fue otro de los tópicos.

Los «nichos de mercado»

Vinos sin alcohol o de baja graducación alcoholica asoman como alternativas. Vinos dulces para entrada también están en la discusión. Cafarelli dice que hay que estar en todos lados, tener presencia, comunicar los productos. Vigil pide modernizar la Ley de Vinos.
Interviene Mario González, presidente de la COVIAR: «Coincido con la mayoría de los comentarios, pero creo que hay una cuestión muy clara y necesaria, que es tener financiamiento y credito nuevamente. Esto en Argentina no pasa hace varias décadas. Y cuando digo financiamiento es real, no de títulos, que sean acordes a cada necesidad. Los sistemas financieros puestos a disposición de los sistemas productivos. Acá el diagnóstico y hacia donde debemos ir, creo que esta muy estudiado y la gran mayoría coincidimos, pero siempre falta esta herramienta que es clave. Hay que hacer mucho esfuerzo entre todos para que esto se entienda y tanto productores como industriales y toda la cadena pueda avanzar hacia esos cambios que son tan necesarios.
Jorge Digiorgio, de la empresa de postes metálicos Alufrut dijo: «Cuando refiero a capacidad Económica incluye al crédito, política Impositiva, Logística y continuidad en el tiempo»
Toque del expresidente de la Asociación internacional de la Somellerie, Andres Rosberg: «Si la devaluación fuera la causa de la competitividad, Argentina sería el país más competitivo del mundo»

¡Liberen al dólar!

Varios coinciden. Como la canción de los Beatles: Déjalo ser. O como la de Sting: «Si amas a alguien, déjalo libre»

El ingeniero especializado en clones Aldo Biondolillo plantea: ¿El futuro de la vitivinicultura es el pasado?

– Zonificar y planificar territorialmente en base a una demanda futura decreciente y muy cambiante.
– Adaptar la oferta al cambio climático, según los diferentes usos comerciales de la uva con demanda cierta (incluido el enoturismo gastronómico).
– Incrementar la productividad de los viñedos en general y rescatar la zona Este en particular (asimilándola al Valle Central californiano).
– Facilitar y orientar el financiamiento de inversiones que promuevan los cambios estructurales necesarios del sector.
– Construir competitividad interna e internacional en base a la inversión en I&D+i para el desarrollo de una vitivinicultura con rentabilidad en cada eslabón de la cadena de valor; competitiva a nivel global e inclusiva a nivel local.

Marcos Jofre, CEO de Trivento plantea: La competitividad es sistémica. Nunca una empresa puede ser más competitiva que el país en donde produce. La carga impositiva, los costos logísticos, las regulaciones, la infraestructura y la disponibilidad capital en Argentina está muy por debajo de los países con los que competimos. Pedirle competitividad a las empresas es siempre el discurso de moda de la política para no hacerse cargo del desastre que han hecho. Las empresas argentinas intrínsecamente son bastante competitivas teniendo en cuenta los años de falta de acceso a comprar tecnología porque no dejaban importar ni hablar la falta de acceso a créditos a largo plazo y estables. Esto sin tener en cuenta la imposibilidad de calzar el balance en monedas de los mercados a los cuales comercia. En este punto coinciden Ariel Sued y Luis Steindl.

El agrónomo español José Ramón Fernández pone en debate estos temas:
– Altos gastos en riego cuando Europa casi riega gratis o no riega.
– Importamos casi todos los insumos secos para después reexportarlos con un costo logístico tremendo.
– Costos productivos altos. En Europa los productores son familias con empleados caros pero muy eventuales y sin juicios laborales.
– Los productos se venden a más de 5000 km de distancia con costos logísticos tremendos y Europa vende a 2.000 km promedio con autopistas y costo logístico muy acomodado.
– Y para aumentar el consumo de vino hay que fomentar que la gente cocine con vino, haga mezclas con gaseosas o aguas, que hagan fiestas y se lo tiren por la cabeza si quieren. Si se sigue haciendo el vino como una bebida de élites beberlo a una temperatura, el olor el sabor etc. Eso lo compra poca gente para la cual debemos de seguir trabajando pero el volumen no lo hacen ellos.

El espcialista en consumo Juan Parajuá de la consultora Lo Concreto agrega: Hay muchas verdades en estos mensajes. Solo puedo aportarles una mirada, que quizas ayude a alguno de ustedes. El estudiar marketing me ayudo a entender una cosa que no solo me sirvió en el mundo de los negocios, sino en la vida: uno controla muy poquitas variables y debe interactuar con el mercado (la vida), donde conviven centenares de variables que no controla. Debemos analizar el mercado (con un montón de variables que no controlamos) para luego definir como actuaremos en las variables que sí controlamos. Los análisis que se quedan en las «no operables», terminan siendo improductivos. Yendo al mercado Vitivinicola en el que opero hace unos 30 años, hemos cometido muchos errores estrategicos…en las variables que controlamos. Hay serias falencias estratégicas. Tenemos que tener más autocrítica, ser menos autocomplacientes. Qué esta a nuestro alcance cambiar para mejor y concentrarnos en ello.

Coincide el agrónomo Pablo Minatelli: «El marketing debe ser un complemento, que ayude, pero que no condiciones los procesos técnicos que deben focalizarse en buscar la eficiencia operativa y tecnológica. Son espacios que hemos abandonado en la búsqueda de la originalidad que nos piden los puntajes, olvidando a los únicos que colocan plata en esta cadena y que son los consumidores, a quienes los hemos atormentado de mensajes que no entienden, y colocando al vino en un pedestal de muy difícil acceso

Nueva intervención de Alejandro Vigil que señala: «Valor agregado significa mano de obra calificada , el producto es no perecedero dependiendo calidad. Cuando hablamos de competitividad, es impuestos e inversión. La uva tenes que trasformarla en vino, embotellarlo, crear una marca y después venderlo. Lo demás es milonga».

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Sarasa. Me avisaron y me quedé. Amo a mi familia y al vino. Mendoza es mi lugar.

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