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Gabriel Guardia: Mendoza fracasó como provincia olivícola y no tiene volumen de aceite

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Gabriel Guardia: Mendoza fracasó como provincia olivícola y no tiene volumen de aceite

Gabriel Guardia: Mendoza fracasó como provincia olivícola y no tiene volumen de aceite

Mendoza está en la vidriera mundial del aceite de oliva sin volumen

El reconocido enólogo, especialista en el “oro verde” es optimista por el crecimiento de la calidad y la conciencia de quienes, de a poco, recuperan el amor y el cuidado de los olivos. Insiste en que Mendoza tiene problemas en cantidad de aceitunas y que se perdieron décadas de liderazgo por falta de apoyo oficial.
Gabriel está al frente de “Corazón de Lunlunta”, emprendimiento que dirige con sus socios Alejandro Vigil y José Saldaña. Se apasiona con el aceto balsámico y quiere llevar a lo más alto al departamento mendocino de Maipú. Pretende recuperar el acto de amor de hacer aceto en casa y recuperar las viejas tradiciones y enseñar la facturación de este condimento tan preciado. Pero volvemos al aceite de oliva. Y repasamos esta entrevista a fondo con Gabriel Guardia sobre lo que falta por hacer en la materia para dejar de ser solo una linda foto del viaje y que se convierta en más que un recuerdo y una pose para redes sociales.

P: ¿Cómo viene la cosecha 2025?

R: La característica de esta cosecha es que han bajado los precios, los precios de la aceituna, con respecto al año pasado, que llegaron a valores récord nunca vistos en la historia. Porque España ya llevaba como 3 años sin cosechar, con malas cosechas. Entonces el precio del aceite internacional empezó a subir a valores nunca vistos. Y como se mueve en España, se mueve en el mundo. El coletazo nos llega a nosotros acá, y el año pasado tuvimos aceites y aceitunas muy caras, muy muy caras. Este año, claro, pareciera que está más barato, pero sigue estando en valores récord.

Se va estabilizando el mercado, donde debería haber durante el año una baja del precio de los aceites. De hecho, nosotros ya estamos bajando los precios.

Algo que hace mucho que no vemos. No sé si se va a replicar para el resto del mercado, pero es muy probable. La cosecha es como nuestra vendimia, es la mejor época del año para nosotros.

P: ¿Cómo está el tema de la producción en cuanto a cantidad?

R:  Mendoza tiene problemas graves porque se van perdiendo los olivares y dentro de ese marco de menos árboles, ha habido más aceituna que el año pasado, es decir, han estado más productivas las plantas que quedan.

Pero también hay otra situación, el mercado se está moviendo. Ya hay mucha gente que entendió que todo lo que hemos venido haciendo en el transcurso de los años por poner la olivicultura en el lugar que hoy está, necesita fruta. Entonces hay mucha gente plantando, cosa que no existía. Hay mucha gente cuidando los olivos, que era cosa que hace 4 o 5 años no pasaba.

Ya hay gente llamándote para ver cómo reflotar el olivar. El mundo ya creció, otras provincias siguen plantando, siguen haciendo más volumen, siguen haciendo más calidad. En Mendoza venimos siempre más retrasados con esto y con muchas cosas en el agro, pero hay muy buenas perspectivas.

Se va ganando su espacio y logramos que el aceite de oliva tenga un espacio protagónico. De otras provincias nos están llamando para que les enseñemos cómo lo hicimos, de otras provincias que son olivareras desde hace mucho más tiempo que nosotros. Somos un caso de estudio por lo que ha pasado aquí con el aceite de oliva.

Entonces, mi perspectiva es muy buena hacia el futuro. San Juan nos sigue sacando muchas cabeza en producción en hectáreas. La Rioja también. Son provincias envidiablemente lindas para nosotros en cuanto a la olivicultura y todo lo que se ha hecho, las grandes empresas y cómo lo manejan a nivel gubernamental. Todos los incentivos que han tenido y que siguen teniendo para que se sigan desarrollando. Se están haciendo cosas muy lindas en Buenos Aires, en donde también la parte estatal está apoyando mucho para que esto suceda.

Los dólares van a parar a otro lado y no llegan a Mendoza a pesar de que nos ven como un ejemplo de lo que se debe hacer.

¿Por qué? Porque, hay que tomar el proyecto olivícola no como un proyecto fotográfico. Acá vienen y se sacan muchas fotos, pero para que las cosas arranquen hay demanda de un montón de servicios y hay situaciones impositivas que te juegan en contra.

A pesar de que todo el mundo quiere estar en Mendoza, la gente va y invierte y pone sus olivares en las provincias vecinas y no tan vecinas. Entonces, un poco hay que mirar para adentro y preguntarse qué venimos haciendo mal, porque no es nuevo, hace 30 años venimos haciendo las cosas mal.

Es todo lindo lo que hicimos por la olivicultura, pero si al empresario no le deja plata no es sustentable en el tiempo. Entonces, hay que sentarse y hacer la ecuación económica para que le sirva a todas las partes le sirva. Insisto con esto: no hay un caso en el mundo de un país o una provincia olivícola que le vaya mal, no existe

Si no se le presta atención a este rubro es por desinterés o por desconocimiento, el negocio recontra sirve. Hay que ponerle foco nada más.

P: ¿Y dónde están las fallas?

R: Mendoza fracasó como olivicultora. Y muchos, de los viejos tiempos, te dicen “a nosotros nos mataron los diferimientos impositivos de La Rioja”. No, no hicimos nada en 30 años, si no se hubiera hecho eso de los diferimientos, no existiría la olivicultura en la Argentina, no habría olivos en la Argentina. Entonces, gracias a eso, hoy existe la olivicultura, y tenés un punto de desarrollo alto del cual podés seguir. Es Mendoza la que no lo supo hacer

No me quiero enojar, pero en muchos lugares del país dan paso enormes y hay gente interesada en serio para avanzar con los olivos. Y no están solo para la foto.

Porque ven que eso es un polo de atracción para un montón de cosas, y han plantado muchas hectáreas, y están con cosecha mecánica, máquinas propias de cosecha, plantando miles de hectáreas.

Nosotros tenemos todo. Hay que darle una vueltita de rosca y apoyar la olivicultura. Porque medios políticos hay de sobra.

Hay que enfocarse, hay que sentarse, verlo, pero con gente que realmente quiera verlo. No con reunión del momento.

Hace años se menospreciaba a la Rioja y a Catamarca. Acá se amuchaba cada uno en su gallinero y no se hizo nada en general. Tal vez, como el mendocino tiene mucha cultura del agro, creo que nuestros gobernantes nos delegan la responsabilidad del campo porque saben que uno lo va a cuidar.

A diferencia de otros lugares en donde el gobierno está, lo veo mucho en la Rioja Catamarca, el gobierno está recontra metido y la gente no arranca, el privado no arranca, no tiene lo cultural. Y acá es al revés. Creo que hasta lo tenemos delegado y que si a nosotros nos va mal en la olivicultura es por culpa nuestra, no porque el gobierno está en otras cosas.

Hay que ponerle foco en serio. Mendoza no abastece. Otras provincias si pueden hacerlo. Nosotros sabemos comunicar bien lo que hacemos. Si no, basta con mirar a Zuccardi, Laur y otros tantos que hacen las cosas bien y que hemos hecho que la calidad sea superlativa y que esto crezca porque le estamos ofreciendo algo que no se había ofrecido nunca, calidad premium, a precio justo.

Después tenés grandes productores dando vueltas por ahí que te venden aceite con olor a pata y no sumas. Entonces nosotros hemos sabido comunicar bien y hacer las cosas excelentemente bien, sin acompañamiento, y con una olivicultura con los kilos de aceituna decreciendo.

Sabemos hacerlo bien, sabemos hacer calidad, nos falta una marca, nos faltan unas 20.000 hectáreas de olivo en Mendoza para que seamos completamente felices. Muy lindo para la foto,  pero después cuando llega la hora de producir, falta. Y estamos desaprovechados.

Estamos desaprovechados. Yo soy una máquina de decir no puedo, no tengo. A mí me vienen negocios de todo el mundo y no tengo, no puedo, no tengo, no puedo.

Es decir, si yo pudiera cerrar todos los negocios que me llegan a las manos, nosotros seríamos en Mendoza, el vendedor número uno del país de aceite. No tengo, no puedo. Entonces el potencial es el tema que no tenemos.

Es un despropósito. Hemos logrado poner a la olivicultura mendocina, argentina, en la vidriera mundial sin volumen.

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Sarasa. Me avisaron y me quedé. Amo a mi familia y al vino. Mendoza es mi lugar.

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