Chachingo no para de entregar experiencias. Primero fue el gran artista Sergio Roggerone y luego Ale Vigil, que montó su casa y puso en valor una zona antes conocida como «Loma del Chachingo», lugar elegido como un sitio alejado de Mendoza.
Hoy la oferta crece y hace poco se sumó la bodega Mil Suelos AKA Tinto Negro o Manos Negras, ubicada en la ahora transitada calle Videla Aranda.
Mil suelos, de la mano del cocinero Álvaro Muñoz, ofrece una espectacular paleta de sabores nacidos de los fuegos y salidos directos de la huerta.
Los vinos tambien te sacuden el paladar. Todas las opciones son de primera y muy generosos. Ni hablar de los platos. Las opciones son múltiples y abundantes. Te aseguro que no vas a pasar hambre. Es más, te vas pipón, pipón.
Todo marcha bajo al atenta mirada de la experimentada Verónica Mausbach, que camina a la par de Jeff y del Colo Sejanovich, hacedores de la Bodega, y de la corta pero exitosa historia de sus vinos.
Elijo la sopa de zapallo con polvo de remolacha y aceite de ajíes. El boniato a la naranja la rompe. La entraña es una bomba de tiempo. Y las zanahorias al rescoldo con hummus no pueden faltar.
El servicio es de primera y da gusto.
Fuegos, fusión, ricor y buenos vinos para pasar unas horas en un ambiente super cálido y cómodo en un salón entre viñedos y olivos.
La carta también ofrece la posibilidad de pedir por botella los vinos de Mil Suelos y tenés el store para llevarte lo tuyo a casita.
La paleta es genial: Teho Grand Cru, Estancia Uspallata, Buscado Vivo o Muerto El Cerro y La Verdad o sus vinos del Norte argentino: Almacén de la Quebrada y Cielo Arriba.