En los últimos tiempos se produjeron cambios en las primeras líneas de la Bodega Dante Robino. La enóloga jefa Soledad Buenanueva dejó su cargo a fines de 2023 y quien fuera CEO, Nicolás Bruno, quien lideró la compra por parte de la cervecera a la familia Squazzini, también abandonó ese puesto.
Ahora está Gonzalo Funes como líder de tecnología y estrategia de la bodega Dante Robino desde noviembre de 2022. Lleva seis años en la bodega y cinco años con la compañía Quilmes, después de la fusión entre la bodega y cervecería y maltería Quilmes.
Con él charlamos sobre la actualidad de la bodega.
P: ¿Cuál es el desafío que tenés en una industria tan disímil como la de la cerveza y el vino?
R: Amalgamar esas dos cosas con gente que viene del palo de la cerveza y de repente te dice, bueno, vayamos por acá. Nosotros somos un puente.
Somos un puente porque hoy nuestra tarea es ligar todo el expertise y todo el conocimiento que tenemos desde la compañía madre, tanto sea en temas industriales y de marketing y de venta, ligarlo con lo tradicional de la industria vitivinícola. Y que no se pierda ese encanto y que no se pierda eso lindo que tiene la industria vitivinícola. Entonces nuestra función hoy es ser ese puente, y entregar al final del día un producto de calidad a buen precio y que esté al alcance de todos.
Gonzalo Funes asegura que se apunta a la calidad en distintos segmentos y categorías, sin importar el precio. Agrega que cualquier consumidor tiene que resultar satisfecho con cualquiera de los vinos para que los vuelva a elegir. Asume la necesidad de la constante innovación para captar a los nuevos consumidores.
¿Qué importancia tiene para vos y para la empresa el consumidor a la hora de definir algún tipo de producto?
La importancia es total. Y nosotros hoy estamos permanentemente viendo qué es lo que necesita ese consumidor para entregarle eso que necesita. Es una constante retroalimentación que nosotros buscamos, a veces también la generamos para poder estar a la altura de eso que necesita el consumidor.
Sabemos que el consumidor hoy de vinos es quizás más tradicional. Entonces, bueno, seguimos con la tendencia de botella, si bien estamos buscando botellas que sean más livianas, para bajar nuestra huella de carbono. Entonces, tratamos de que todo lo que hacemos impacte lo menos posible en el medio ambiente o impacte de manera positiva.
¿Cómo es trabajar de la mano junto a Jorge Riccitelli, un histórico de la vitivinicultura?
La verdad que es muy divertido, es una experiencia nueva, nos enseña todo lo que sabe él de tantos años de industria, de tantos años de vinos, pero también es una persona que constantemente busca innovación. Ninguna de las cosechas del 2019 hasta acá ha sido igual, entonces siempre vamos aprendiendo con él y a la par. Eso también te motiva mucho a la hora de elaborar vino, de pensar un vino, de hacer, porque es como que constantemente hay un crecimiento.
Más Malbec, más Blends, más Cabernet Sauvignon, Cabernet Franc, ¿Qué es lo que más te gusta a vos?
Nosotros sabemos que hoy el Malbec es la cepa insignia de Mendoza y de Argentina, el Cabernet Franc viene creciendo mucho, seguramente con el pasar de los años será el que siga la línea del Malbec. Nosotros defendemos mucho acá la Bonarda, siempre la Bonarda. Históricamente la bodega la elaboró como una uva de mediana y alta gama y va a seguir siendo así, creemos que hay que darle su lugar a esa cepa. Y también darle lugar a los vinos blancos. Creo que Argentina tiene todavía mucho para explotar en vinos blancos y en espumantes. Argentina todavía tiene camino por hacer en lo que son espumantes, pero mucho también para explotar y mostrar al mundo.