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Mapeos térmicos. ¿Cuántas fincas hay dentro de una finca?

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Por el ingeniero agrónomo Francisco González Antivillo – IndeGap

Arranco esta nota con una breve historia autorreferencial pero que hace a los conceptos que quiero dejar plasmados. Corría el año 2010, arrancaba mi doctorado en ciencias biológicas hipotetizando que había “algo fisiológico” que hacía que unas plantas resistieran más al frío que otras y es por eso que los daños por heladas, en general, no seguían patrones concretos. Si bien esa línea de investigación iba encaminada, flotó en el aire otra pregunta: ¿y si el aire es mucho más variable que lo que parece? De este modo, aparece el concepto microclima, del cual en el 2010 no se hablaba ni por asomo, entre otras cosas porque la tecnología para medirlo era incipiente. De igual manera transité un join venture con estudiantes e ingenieros de la UTN regional Mendoza en la cual llegamos a una red se sensores que se comunicaban por radiofrecuencia y que dimos a llamar Red SIPIA (Red de Sensores Inalámbricos para Investigación Agronómica). ¿Y para qué sirve toda esta historia? Porque pudimos demostrar que existía variabilidad de la temperatura del aire en pequeñas distancias y que los daños en las plantas estaban asociados a estas variaciones. Ese fue el comienzo hacia convertirme en Dr. Frío.

Más de una década después, y desde indeGAP, ya hemos perfeccionados las técnicas y los saberes. Monitoreamos, parametrizamos y obtenemos los modelos para zonificar las fincas según grado de peligrosidad a los daños por heladas. A esto los llamamos mapas térmicos de heladas, aunque también usamos el know-how para llegar mapear olas de calor en el verano.

*¿Qué es un mapeo térmico? Es una metodología de análisis de datos térmicos por la cual se pueden llegar a definir diferentes zonas dentro de una propiedad. Nos permite identificar las diferentes sub-fincas térmicas dentro de una finca física. De cada zona se puede obtener la peligrosidad, la tasa de descenso, la duración de las heladas.

*¿Cómo es la operación de obtener un mapa térmico? El paso número 1 es “plantar” a campo una red de sensores con una distancia mínima que permita trabajar la geoestadística. Dependiendo de la finca y del grado de resolución pueden ser de 20 a 50 sensores. Mientras más heladas se pueden monitorear más robustos serán los modelos, por lo que los sensores se dejan trabajando a campo el mayor tiempo posible. Luego, en gabinete, hay todo un trabajo de minería de datos y modelado que resume los millones de datos térmicos registrados en un solo mapa.

*¿Y para qué sirven estos mapas? Para tomar decisiones estratégicas, y no andar tapando el sol con la mano (como se diría coloquialmente) años tras año. Decisiones estratégicas cómo que variedad/especie plantar, que sistema de defensa es el adecuado, qué áreas de la propiedad cultivar y cuales destinar a estructuras, conveniencia de comprar o no comprar la finca.

En mi experiencia, el mapeo térmico es la primera línea de defensa y un ahorro de un sinfín de dolores de cabeza. Parte de las pérdidas de frutas son evitables, y se han generado por no conocer en detalle ni las temperaturas ni las respuestas fisiológicas de las distintas variedades al frío. Generalmente, los técnicos y encargados creen conocer la situación térmica de una finca a través de los daños de las heladas de primavera, pero este método es muy inexacto, y genera más confusión que certidumbre.

*¿Entonces, cuántas fincas térmicas hay dentro de una finca? Depende del origen de la variabilidad. Una fuente grande es la topografía. Fincas más intrincadas suelen presentar más zonas que fincas más planas. En nuestra experiencia, luego de haber caracterizado más de 7.500 ha, lo más común es encontrar entre 3 y 5 zonas estadísticamente diferentes, a las cuales habría que considerarlas como fincas diferentes. Por otro lado, cada finca tiene un gradiente térmico definido entre zonas diferentes. Así hay fincas que tienen una diferencia entre 1 y 2 °C entre la zona más y menos frías, mientras que hay fincas donde esas diferencias alcanzan los 6 a 7 °C. Evidentemente las estrategias serán muy diferentes en estos dos tipos de fincas.

Si se considera el costo de la tierra, el costo de la plantación y los costos operativos que año tras año están en juego, que claro que la agricultura de precisión no es un lujo sino la única manera de proteger la inversión. Lo que en el 2010 no pudimos concretar, hoy es una realidad disponible al alcance de los productores.

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