Cagnoli apuesta fuerte a la calidad y origen de los fiambres
La empresa de Tandil pasó por Mendoza en la Expo Vea Vendimia.
La marca trajo una propuesta de degustaciones de diferentes productos donde los sabores más suaves y más intensos acompañarán los maridajes con los diferentes vinos de las principales bodegas.
Se degustaron los tradicionales salames tandileros, especialidades como la spianatta, sopresatta, salames especiados y salame DOT, único con Denominación de Origen del país.
La Denominación de Origen protege al Salame de Tandil de falsificaciones y malversaciones, al tiempo que establece un protocolo de elaboración y un sello de calidad que se basa en proteger un producto genuino, histórico y reconocido en la producción de un alimento con un terruño particular. Es el único chacinado de Argentina con certificación de Denominación de Origen desde 2011.
Está elaborado integralmente con ingredientes locales, siendo el resultado de una receta tradicional elaborada solo por manos expertas y celosamente custodiado en su estacionamiento.
Es resultado de la combinación de condiciones ambientales favorables propias de la zona; la disponibilidad de materias primas en cantidad y calidad suficiente; el dominio de técnicas de elaboración artesanales y el legado de una receta singular, cuidadosamente resguardada por hombres apasionados por sus oficios.
Hablamos con Mariano Frías, Gerente de Marketing de Cagnoli y nos dijo: «La chacinería tiene cuatro grandes grupos de productos: las sazones curadas que son los músculos y se curan. Las más conocidas son el jamón crudo, la bondiola y el lomo curado. Después tenés lo que llaman las salazones cocidas que son el músculo como sale del animal y se pasa por un proceso de masajeo y pasa por un proceso de cocción y de ahí sale el jamón cocido que habitualmente ponemos a la tarta, la pizza o el sándwich. Después están las emulsiones o pastas finas de carne y ahí la carne se emulsiona. Ahí la más conocida es la mortadela o las salchichas de Viena.»
Escuchá la nota completa aquí
